Conocida como la “capital de los matorrales”, Canberra es un lugar donde una gama infinita de actividades al aire libre se funde a la perfección con las instituciones culturales y culinarias que promueven el desarrollo de la ciudad. La mejor manera de empezar el día es compartiendo el pasatiempo local de andar en bicicleta alrededor del lago. Cuando termines de hacer ejercicios, haz una parada en uno de los muchos cafés que abundan en la zona costera de Kingston para disfrutar de un café matinal o, si estás ahí un domingo, elige algunos regalos en los mercados Old Bus Depot.
¿Prefieres destinar las mañanas a la historia? En una visita a Canberra no debe faltar una visita al Memorial de Guerra Australiano; es una representación real y un homenaje conmovedor a los valientes hombres y mujeres que lucharon por Australia. Si deseas conocer a otros australianos influyentes, una visita a la Galería Nacional de Retratos y a la Galería Nacional de Australia te pondrá frente a frente a leyendas del arte. ¿Buscas un paseo un poco más relajado? Questacon y el Museo Nacional de Australia son perfectos para aquellos que desean una forma interactiva y divertida de mantener interesados a los más pequeños y, por qué no, al niño que todavía vive en ti. La Casa del Parlamento es un paseo casi obligado mientras estás en Canberra pero, si además te intriga lo que pasa en el interior de la colina, un recorrido guiado es una forma muy recomendable de conocer la historia del edificio.